sábado, 26 de noviembre de 2011

Confianza y utilidad.


Hasta cuatro borradores he escrito esta semana de análisis sobre los resultados del pasado domingo, y los cuatro están en la carpeta de “no publicados”. Unos, porque ya no estaba de acuerdo conmigo mismo (cosa que ocurre con frecuencia). Otros, porque leí u oí similares argumentaciones mejor expresadas que las mías.

Escribo esto mientras está celebrándose el Comité Federal. Desconozco qué saldrá de allí, aunque pocas sorpresas esperamos.
Yo creo que hay dos palabras, dos ideas, que son claves para estos momentos.

CONFIANZA. Confiemos en este Partido. Confiemos en su militancia y no pongamos límites estrechos a los debates, a las ideas, a las confrontaciones de pareceres. No más límites que los democráticos. Hemos pasado por momentos duros en la historia reciente y los hemos superado. Pero no ahoguemos a la militancia, a los simpatizantes, a la base. Callen un buen rato los dirigentes y oigan lo que sale de abajo, de quienes están codo a codo con los ciudadanos, quienes aguantan reproches y dan la cara.
No se romperá el Partido. Al principio parecerá como la orquesta que recién sale a la sala. Cada uno afina su instrumento y solo se oye ruido. Poco a poco se irá conjuntando y sonará bien de nuevo. Pero si no se afina, no suena bien. Ya aprendimos de cuando el debate sobre el marxismo, en 1979. Y salimos fortalecidos. Y de la debacle de 2000. Y salimos fortalecidos. Y, más atrás, en Suresnes.

Por eso, yo propongo que debatamos desde las Agrupaciones, que no empiecen los líderes a posicionarse y a coartar, que no sea sólo el debate del Secretario General, sino de propuestas fuertes, creíbles, renovadoras de los fallos cometidos y que nos permitan recobrar esa confianza perdida.
UTILIDAD. Creo que es clave también. Nunca olvidemos que nuestra razón de ser, de existir como Partido, es ser útiles a la sociedad, a la mayoría de la sociedad, a los más débiles, para resolver sus problemas, para avanzar en una sociedad más libre desde la igualdad, en la que todos quepamos. Y todo lo que no sea fortalecernos para esa misión, para luchar contra las injusticias, contra el liberalismo ultra y discriminatorio, sobra.

Tenemos demasiada tendencia a entretenernos mucho mirándonos el ombligo. Mirémonos solo para arreglarnos y pronto a la calle, hay mucho trabajo, la conjunción de crisis económica y derecha neoliberal es letal y sus efectos duraderos. Miremos la Gran Bretaña que dejo Thatcher, aun siguen sus déficits en los servicios públicos básicos.

No hay comentarios: